EcoHemPack

El aumento de la población ha demandado mayor cantidad de productos y servicios que han traído como consecuencia un aumento en la cantidad de residuos generados. Entre los residuos generados el plásticos ha sido el que ha tenido mayor expansión, esto fundamentado en su lenta degradación (cercana a 500 años) y problemas relacionados con la liberación de gases con efecto invernadero y dioxinas generadas durante su incineración. En el año 2014 se estimo que el consumo de plásticos en EE.UU. bordeó los 150 Kg por persona y en Europa la cifra alcanza los 140 kg per cápita. La cifra promedio en Latinoamérica, es algo menor con 31 kg promedio, sin embargo llama la atención las altas cifras determinadas para Chile ya que se escapa de este promedio, alcanzando los 50 Kg por persona. La mayoría de los polímeros utilizados en la industria del plástico presentan diversa composición y naturaleza, pudiendo ser poliofelinas como polietilieno, polipropileno, u otros polímeros de naturaleza polar tales como poliamidas, tereftalato de polietileno, pasando por copolímeros de etileno y alcohol de vinilo, poliestireno y EPS.

Esta amplia diversidad, unida a la incompatibilidad, en muchos casos, de los biopolímeros de la misma familia, provoca que la gestión de estos residuos se complique de sobremanera, obligando a destinarlos en vertederos municipales o bien a procesos de recuperación energética como la incineración. Esta situación que enfrenta el mercado de los plásticos ha llevado a explorar alternativas algunas de las cuales han tenido un éxito relativo, como el reciclaje de los plásticos, el cual se ha visto afectado por la presencia de distintos polímeros en los envases o plásticos multicapa, los cuales son utilizados para mejorar las propiedades mecánicas, de barrera a gases, de envejecimiento, impresión, etc.; propiedades que no pueden ser entregadas por un solo polímero. Otra de las alternativas que ha explorado el mercado de los plásticos tiene relación con la utilización de materias primas renovables como maíz, caña de azúcar y celulosa. El uso de estos biopolímeros se ha visto limitado por sus propiedades físico-químicas y sus elevados costos de producción. Sin embargo, aun se continúan haciendo esfuerzos para mejorar estas características y llevarla a mercado para su comercialización.

Para dar solución a estos problemas, el proyecto ECOHEMPACK buscará desarrollar e implementar una nueva tecnología de producción de films plásticos mejorados mediante incorporación de refuerzos nanocelulósicos procedentes del cáñamo industrial y formulación de polímeros biodegradables para el sector del packaging. A través de la incorporación de nanocelulosa de cáñamo industrial se mejorará uno de los principales inconvenientes que presentan los actuales biopolímeros, que es la baja resistencia mecánica y procesabilidad que estos poseen. Otro hito importante que busca desarrollar este proyecto es estudiar la elaboración de nuevos biopolímeros, que sean utilizados en los procesos de extrusión soplado. Para el desarrollo del proyecto ECOHEMPACK se proponen cuatro sub proyectos con distinta demanda de I+D y desafíos, cuales son:

1. CT Funcionalización de nanocelulosa proveniente de cáñamo industrial para su uso en la industria del plásticos. El cual busca obtener y modificar químicamente la nanocelulosa obtenida desde cáñamo industrial, para incorporarla en la elaboración de plásticos como material de refuerzo de las propiedades mecánicas.
2. CT Polietileno reforzado con nanofibras de celulosa con propiedades mejoradas. En este proyecto se elaborará un film ya con el material de refuerzo, nanocelulosa, incluido de modo de poder testear sus propiedades.
3. CT Biopolímeros reforzados con fibras de nanocelulosa, con propiedades reforzadas. En este proyecto se estudiara los materiales y metodologías necesarias para desarrollar biopolímeros, entre ellos se puede mencionar el ácido poliláctico (PLA).
4. Validación técnica, comercial y Empaquetamiento de metodología para elaboración de bolsas de bioplásticos en procesos de inyección.

Se espera que una vez finalizadas las cuatro etapas del proyecto se logre dotar a la industria del plástico chilena de una nueva tecnología que sea amigable con el medio ambiente y que pueda aportar elementos diferenciadores e innovadores a los empresarios que suscriben este consorcio para de esta forma cumplir con los requerimientos de la ley 20.920 y evitar los problemas medio ambientales generados por uso excesivo de plásticos.