NanoHemp

La fruticultura es un sector de gran dinamismo en Chile, en termino de producción, exportaciones y generación de empleos. Según datos reportados por ODEPA y el Servicio Nacional de Aduanas, en enero de 2015 se produjo un aumento de 10,5% en el volumen de fruta fresca exportada, lo cual se manifiesta en importantes aportes económicos para el país. Dentro de los países con mayor relevancia para este mercado se encuentran Estados Unidos, el cual se mantiene como principal destino para las exportaciones chilenas, Países Bajos y China, que ha aumentado su requerimiento en esta área, llegando a 46.900 toneladas. La gran demanda internacional por productos del sector frutícola impone al país el desafío de incorporarse de manera cada vez más intensa a las corrientes internacionales del conocimiento, el desarrollo de ciencia, tecnología e innovación, para desarrollar e implementar nuevas tecnologías que permitan asegurar la calidad y la durabilidad de los productos desde su cosecha hasta su comercialización.

Actualmente, la industria frutícola y alimentaria emplea fibra de celulosa para la elaboración de materiales para embalaje, la cual posee una baja resistencia al ataque de microorganismos, favoreciendo muchas veces su proliferación. Con el fin de encontrar una solución a esta problemática el desarrollo de materiales biocativos surge como una excelente alternativa de investigación y desarrollo, ya que no solo protegen pasivamente a los productos alimenticios, sino que incluyen también algún tipo de funcionalización que permita mejorar activamente su calidad. Dentro de estos sistemas el tipo de envasado más común es aquel que presenta compuestos activos en su superficie, tales como agentes antimicrobianos.

En base a lo expuesto anteriormente, este proyecto tiene como fin elaborar nuevos materiales de embalaje para preservar atributos de calidad y extender la vida útil de productos de exportación provenientes del sector agrícola. Los materiales desarrollados tienen como base nano-celulosa obtenida desde cáñamo industrial funcionalizada con moléculas de cobre, para otorgarle propiedades bioactivas. En particular, el impacto de este proyecto estriba en la elaboración de un nuevo aditivo, el cual otorgará mayor resistencia y actividad biocida a materiales empleados en el embalaje de productos con gran interés agrícola para la exportación. Además, este proyecto contempla la utilización de cáñamo industrial como materia prima para la producción de nano-celulosa, un recurso renovable con una corta taza de rotación y con bajos requerimientos de agua y suelo para su reproducción, lo cual la convierte en una atractiva fuente de fibra de celulosa para el desarrollo de nuevos envases.